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Congreso: Oficialismo y oposición se preparan para discutir la reforma de la Corte

Fortalecido por el respaldo político de los gobernadores peronistas, el Frente de Todos sube la apuesta en la confrontación con la Corte Suprema y calienta los motores para avanzar en una reforma que modifique su composición antes de fin de año. El proyecto, de momento, no es más que un borrador que sintetiza la voluntad de «federalizar» el máximo tribunal llevándolo a 25 integrantes, una iniciativa que el Poder Ejecutivo ya venía trabajando desde el año pasado y que la campaña de los gobernadores contra la Corte volvió a poner sobre la mesa. Si bien aún falta que los gobiernos – el nacional y los provinciales – terminen de darle una forma final al texto, el oficialismo parlamentario ya empieza a sondear posibles alianzas que le permitan sortear el final anunciado de cada iniciativa judicial que el oficialismo lleva al Congreso: aprobarse en el Senado para después ir a morir en Diputados. La clave estará en la postura que adopten provincias como Córdoba y Santa Fe, que no acompañaron el reclamo de los gobernadores pero que el oficialismo considera que podrá seducir.

El debate por la ampliación de la Corte comenzó en el Senado hace un mes, unos días después que Horacio Rosatti hubiese desembarcado en el Consejo de la Magistratura como resultado de un fallo de inconstitucionalidad que él mismo firmó. El bloque de senadores del Frente de Todos – alineados con Cristina Fernández de Kirchner – decidió, entonces, responder la avanzada de la Corte sobre las facultades del Congreso introduciendo el tratamiento de varios proyectos de ley que proponían una reforma del máximo tribunal. Luego, la disputa por la coparticipación entre el gobierno nacional y porteño – y el convencimiento de que los supremos terminarían fallando a favor de Horacio Rodríguez Larreta -, terminó arrastrando a la pelea a 16 gobernadores peronistas, quienes se abroquelaron detrás del reclamo de una Corte Suprema «federal». La intervención de los gobernadores arrastró, a su vez, la del Poder Ejecutivo, que vio en el debate la posibilidad de poner a jugar un proyecto de reforma de la Corte que venía trabajando desde finales del año pasado y, de paso, ofrecer un guiño a la vicepresidenta.

El aval de los gobernadores nutrió de legitimidad política el proyecto de reforma, inflando expectativas sobre la posibilidad de su aprobación en el Congreso. «Con 16 gobernadores apoyando el proyecto es más fácil salir a buscar los votos. Si se alinea todo el poder político de los gobernadores la ley va a salir», aseguró un optimista funcionario nacional que estuvo trabajando en la iniciativa que Alberto Fernández le presentó a los gobernadores. El proyecto plantea, en línea con el reclamo de las provincias, una composición paritaria de 25 miembros, uno por cada provincia y otro para que designe el Poder Ejecutivo. La letra chica del proyecto se terminará de definir en la próxima semana entre los equipos técnicos de las 16 provincias y, una vez que el proyecto ingrese al Congreso, el Senado volverá a activar el debate en comisiones para tratarlo. «A fines de junio vamos a estar dictaminando, va a ser rápido porque viene con consenso», anticipó un senador del FdT.

El poroteo: más dudas que certezas

Las provincias que no firmaron el documento titulado «Por una Corte Suprema de Justicia federal» – firmado el viernes pasado – son: las peronistas Santa Fe y Córdoba; las cambiemitas Jujuy, Mendoza, Corrientes y Ciudad de Buenos Aires; y las que responden a fuerzas provinciales, Río Negro y Neuquén.

En el Senado, para llegar al quórum, el oficialismo necesitará del acompañamiento del rionegrino Alberto Weretilneck, aliado habitual del oficialismo que presentó su propio proyecto de ampliación de la Corte Suprema. En la última semana, Weretilneck aseguró que el proyecto de los gobernadores era «inviable», a la vez que la gobernadora Arabela Carreras – que había participado de las reuniones del Consejo Federal de Inversiones – salió a decir que ella respaldaría el proyecto de su jefe político. El acompañamiento de Weretilneck es clave para que el proyecto salga en el Senado, pero también para hacerse con los dos diputados rionegrinos que le responden políticamente. En el oficialismo, sin embargo, confían en que podrán convencerlo. «No le gusta porque no tiene el protagonismo», deslizó con malicia un senador oficialista.

La Cámara de Diputados, mientras tanto, representa un desafío más complejo. Juntos Por el Cambio, en línea con los intereses de la Corte Suprema, ya anticipó su rechazo a la iniciativa, por lo que el oficialismo se verá obligado a ampliar el abanico de alianzas. Por un lado, el titular del segundo interbloque opositor más grande de Diputados, Alejandro «Topo» Rodríguez, ya anticipó públicamente que el proyecto de la Corte «no tiene posibilidad alguna» de ser aprobado en el Congreso. La clave, sin embargo, será saber qué hacen los tres diputados cordobeses que responden a Juan Schiaretti, quien no participó de las reuniones con el resto de los gobernadores peronistas. Si bien en el Ejecutivo deslizan que la posibilidad de convencer al gobernador de Córdoba «no es tan lejana», en el entorno de Schiaretti guardan silencio. Lo mismo sucede con el gobernador Omar Perotti, quien también se ausentó del encuentro cumbre de los gobernadores con Alberto Fernández y no da señales de que acompañará la reforma de la Corte, pero que el gobierno cree que podrá sumarlo.

La bancada oficialista de la Cámara baja, sin embargo, no comparte el optimismo del Ejecutivo (y de, incluso, algunos senadores): «No veo que estas alianzas nos permitan conformar una mayoría distinta. Yo no veo que pueda pasar», advirtió un importante diputado del FdT.

Más allá de que el oficialismo logre sancionar la ampliación de la Corte, se presenta después la dificultad de poder extender el acuerdo político hasta alcanzar los dos tercios que se necesitan para aprobar los pliegos de los nuevos magistrados en el Senado. «Yo soy optimista de la primera negociación para sacar la ley, pero después viene la segunda, cuando necesitemos juntar dos tercios para designar a los jueces que falten, que es más complicado», advirtió un senador del FdT al tanto de las negociaciones con la oposición. En efecto, hasta ahora, el gobierno no ha podido siquiera designar la reemplazante de Elena Highton, que renunció a su cargo en la Corte Suprema el 2021.

El bloque oficialista del Senado, sin embargo, tiene la expectativa de poder negociar con algunos gobernadores radicales como Gerardo Morales. En la última semana, el gobernador de Jujuy sostuvo – en línea con el rechazo que manifestaron sus pares de Corrientes y Ciudad de Buenos Aires – que «la prioridad no es la Corte», pero en el oficialismo se muestran confiados de que Morales «va a querer salir a jugar». «Todas las provincias tienen intereses en la Corte porque es la Corte la que define sus asuntos, ¿vos crees que van a resignar la posibilidad de tener un ministro en la Corte?», sostuvieron, irónicos, desde el gobierno nacional. 

Los gobernadores dieron a conocer un borrador con los principales lineamientos del proyecto. Incertidumbre por los votos clave de Córdoba y Santa Fe. Juntos por el Cambio anticipó su rechazo.Leer más

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